lunes, 28 de marzo de 2016

Gotas en las manos

Los mayores están tristes.
Los que pueden
deambulan por los pasillos,
dando vueltas.
Longina dice
Gloria a diossssssssssssss.
Carlos se fue,
había un libro de la La Ley de Murphy a su nombre.
Antonio tiene 93 años y no está encorvado y es pequeño.
Hoy no ha tomado ni zumo ni fruta ni pastillas.
Longina, Amparo, María.
Menos hombres que mujeres-oratorio,
enfermería y fe,
talleres?, programa-deambulación,
deambulatorio-programa,
gritos, talleres?, tabletas, gotas,
lamparones en la cena
sobre el babero con su nombre.

Andan a través de los pasillos dando vueltas
mientras las luces de su cabeza se van apagando
pero siguen gritando
y reajustando la vida que no espera
y los resortes que están pelados.
Con cariño y con amor,
en apariencia,
los hombres  preguntan a las paredes y a los cuartos,
genéricamente azules,
bastión de los silencios rotos desanimados.

Sandra miraba la lux de la sierra o de esta mañana
como si no estuviera viva.
No lo está.
Cadencias de perdiz.
Algunas residentes rezando y otros blasfemando.
Movilizaciones pasivas, control postural previniendo rigideces.

Casta, Edelmira, Universo, Nino bravo, zarzuelas, operetas,
papelitos pintados, golpes por las esquinas
y ojos sin brillo hasta arriba de sueños perdidos.

Blanco vida, azul vida, comida vida
y una liebre que corre por los jardines.
Gloria a diosssssssssss.
En el rincón de la televisión, Tele 5 todo el día.
Gloria a diossssssssssss,
la libertad atada,
pastillas más pastillas más pastillas más pastillas,
más Glorias a la demencia.
Tridimensional y grisáceo,
desesperante patraña,
arrastre de la tristeza,
método para morir atraído por la arborescente Jerusalén recluida en los cerebros que se desgajan, ni Jerusalén libertada ni nada.
El domingo es como el sábado y como cualquier día,
columnas vertebrales drásticas, dobladas, divididas,
de las almas, no sé nada.
De las palabras y los besos apenas tampoco.

Y ya está en otra fase que ni se acaba ni espera ni respeta ni nada.
Cristo vive, opulencia del pueblo vivo en sus quicios mentales.
Futuro negruzco, minuto que no pasa.
Usando buscar antidepresivos resuenas en los oídos,
te oyes gritando y buscando jamases y nuncas.
Y tampoco te acabas.
Nadie pasa son las sombras.
Nadie pasa son las palabras flotando.
Nadie viene con el viento.
No llega no termina no empieza.
No sé de nadas.
No sé de nada.

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